La piel es la barrera protectora entre el cuerpo físico y el cuerpo energético y está en contacto directo con la llamada capa etérica, una fina envoltura que recubre el cuerpo físico y lo separa del cuerpo energético. Por lo tanto, puede expresar un exceso o una falta de energía a través de la enfermedad. A menudo son los traumas emocionales los que se reflejan en la piel. El estrés, por ejemplo, contrae y encoge el cuerpo energético, cambiando la frecuencia de la capa etérica.
Sea cual sea la enfermedad de la piel a la que nos enfrentemos, el origen suele estar en un trauma emocional.
En la artritis psoriásica, por ejemplo, hay un exceso de energía emocional, que obstruye el flujo de energía en las articulaciones, dando lugar a esta enfermedad.
El herpes, por su parte, es la expresión de una falta de energía debida a un sistema inmunitario debilitado tras una gripe o infección. Tras la aplicación de LNT®, suele observarse un empeoramiento de la infección herpética, que vuelve a desaparecer al cabo de una o dos semanas.